jueves, 25 de junio de 2009

Amor, amour, love...

Ella se encontraba sentada donde siempre, en aquél parque. Nunca en el mismo banco, "no quiero perderme ni una perspectiva" decía. A veces iba acompañada de su cámara, le gustaba fotografiar todo, aunque muchas veces careciera de sentido. Le gustaba atrapar imágenes, momentos, poder almacenarlos para siempre. Hace tiempo que no lleva su cámara consigo, quizá se cansó de almacenar momentos que el tiempo tornó en idénticos. Quizá, quizá se cansó de fotografiar nubes que acabaron por antojársele idénticas. Es posible, que le diera igual capturar el paisaje de alrededor, porque ya lo tenía grabado a fuego en su retina. Porque no se trataba sólo de fotografiar un árbol, se trataba de impregnar al árbol de una historia, y atraparla para siempre. Ya no quedaban historias, su imaginación a veces daba lugar a innumerables historias, pero nunca las escribía, y optaba por olvidar. Se cansó de creer en imposibles, se cansó de soñar con lo que no alcanzaría jamás.
Aquella tarde (o era noche? los rayos anaranjados del sol ocultándose se resistían a dar lugar a la oscuridad)sí se llevó la cámara, jugueteaba con ella y curioseaba en la galería de fotos tantas veces vista.

Entonces llegó él, se sentó a su lado. Sabía que a ella no le gustaba la compañía en esos momentos pero le daba igual.

- ¿Qué haces?
- Nada.
- ¿No piensas?
- No lo pretendo.
- Pero lo haces...
- ¿Has venido a ponerme nerviosa?
- He venido a saber por qué el que venga te pone nerviosa.
- No me intentes liar.

Parecía enfadada pero no lo estaba. En el fondo le gustaba que él hubiera ido. Quería estar sola pero agradecía profundamente la compañía.









...continuará...

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