sábado, 11 de octubre de 2008

El resurgir de lo Inexplicable

Se sienta al lado de la ventana y contempla el paisaje inerte de la calle. Nadie pasa ni hay ruido de coches. Silencio. Excepto el repiqueteo de las gotas de lluvia al caer y fundirse en el asfalto. Le gusta ver llover. Siente que se le limpia el alma a la vez que los cristales de los coches aparcados. Le gusta el sonido del agua fluyendo por la calzada, las gotas salpicando en el cristal de la ventana, el olor a tierra mojada de después de llover.

También le gustaba verle sonreir, le gustaba sus ojos azules mirandola, sus palabras tontas, sus fuertes abrazos. Le encantaba besarle, estar con él sin estar, sentirse unida a alguien.

La melodía de la lluvia.

Sus ojos.

El ruido de los coches pisando los charcos.

Su boca.

El arcoiris que comienza a surgir mientras la lluvia amaina.

Y cada vez se sienten más lejos...

El sol sale de su escondite entre las nubes y la lluvia cesa, tan sólo queda ese olor a mojado, los charcos que representan el recuerdo de la lluvia que acababa de caer...

Ya no queda nada, alarga la mano y ya no está la suya, gira la cabeza y ya no encuentra su mirada.

Todo se acaba, la lluvia, el amor... todo, nos sentimos solos e intranquilos, nos da por pensar, por hundirnos, pasamos tiempo y tiempo sumidos en una melancolía extraña, añorando todo aquello que creíamos que nos hacía felices...

¿Quién no te dice que quizá sea mejor el Sol que la lluvia?

¿Por qué echas de menos un dia sombrío y silencioso... si sabes que volverá a llover?

¿Si, aunque no lo sepas, un dia llegará un sol que te acompañará siempre y seguirá brillando por ti los días más grises?





Ella espera ese dia... y tú, y yo... y todos.

No hay comentarios: